domingo, 29 de abril de 2012

¿Vemos en la televisión lo que queremos?



La televisión está constantemente formándonos, incluso sin darnos cuenta. Se puede decir que somos hijos de ella. Nos educa de una manera indirecta y nos crea una dependencia. Muchos de los programas que sintonizamos en busca de distracción o información nos proveen exactamente eso: “información”. La cual  recibimos y tratamos no solo como nuestra, sino también como correcta. No es raro encontrarnos con unas amigas en la mañana y comentar sobre la pelea tuvieron "Julian y Natacha" en la novela de las 11 o incluso comentar sobre el accidente que hubo en la carretera entre un camión y dos autos, donde el culpable era el chofer del camión por manejar a alta velocidad (cosa que no sabemos si es cierta, pero la tomamos como si lo fuera). La cuestión es que la televisión o mejor dicho su contenido nos atrae y esto se plasma en nuestra vida cotidiana, pero ahora la pregunta es ¿quiero actuar según lo que veo en mis programas? no hay una simple respuesta, lo que si me queda claro es que hay temas desconocidos que una vez vistos en la televisión los tomamos como verdaderos, correctos o simplemente como lo “normal”. Por consiguiente estos programas sin darnos cuenta van formando nuestra perspectiva sobre diferentes cuestiones, ¿nos educan?. Un simple ejemplo puede ser el de que una joven de 14 o 15 años que vea una serie en donde todos los jóvenes que actúan en ella, tengan relaciones sexuales, sean “perfectos” físicamente y sus padres les den todo el dinero que deseen para gastárselo en ropa, comida, zapatos etc. ¿Qué nos queda de esto? una chica que constantemente este aspirando a lo mismo, a una vida "fácil", sin problemas y sin valores. Tampoco quiero ser pesimista, hay materias en las cuales la televisión nos educa negativamente pero en mi opinión también tiene muchos aspectos "salvables". El hecho de que gracias a ella podamos aprender de cosas nuevas, por medio de múltiples documentales que se emiten constantemente sobre salud, animales, vestimenta etc., o también informarnos sobre los últimos acontecimientos que aquejan al país,  incluso el ver una película romántica que nos distienda de los problemas en el trabajo o de la facultad. Sea cual sea el asunto la televisión nos forma y muchas de nuestras "nuevas ideas" parten de ella. 

Por otro lado es destacable que los contenidos de nuestra televisión están influenciados en su mayoría por el rating que tiene cada género audiovisual. Es decir los géneros son importantes si los tomamos desde el punto de vista que fragmentan a la población y dan a las emisoras de programas temas específicos que interesan a determinados grupos de la población, pero así mismo no porque la mayoría de gente mire "bailando por un sueño" hace al contenido de ese programa rico y peor aún educativo. El meollo del asunto está en que las productoras necesitan del rating para vender más, y que lamentablemente la ambición (de dinero) supera las ganas de proveer productos ricos a una población que se acopla cada vez rápido a la pobreza de contenido que la televisión nos brinda. Entonces me parece que queda en claro que desde mi punto de vista, los estudios de la recepción y el rating, son simples herramientas lucrativas utilizadas para aumentar las ganancias de la empresa y no para enriquecer sus programaciones. Aun así me parece importante mencionar que muchas veces este punto de vista puede confundirse con la paradoja de que la televisión da al público lo que el público quiere ver, y que si ese contenido no es "rico" es porque el público así lo desea. Bueno aquí tocamos un punto importante: para mí, el publico "compra" lo que está acostumbrado a ver y si se confunde con la idea de que es lo que "desea ver" es porque hemos llegado al punto en el cual lo que nos venden nos distrae, nos causa placer, nos divierte y por lo tanto es lo único que podemos aspirar a “querer” ver. Nada peor que terminemos viendo (me incluyo) programas en los que se muestran situaciones no acordes a lo que creemos, en temas de fe, política, religión, relaciones matrimoniales, vida, justicia etc. pero ¿qué hacemos como receptores? nada. Consumimos por el simple hecho de que ya está en nuestra cabeza planteada la idea de que una serie no es interesante, por ejemplo, si el novio no la engaña a la novia, si no hay una pareja gay o si no hay una traición entre amigos etc. Infinitas situaciones en las que el sexo, el dinero, la violencia y placer son lo que "el público quiere". Un público que crecientemente se convierte en morboso y frío ante situaciones de dolor, exceso, miedo, profanación y crueldad.

Estos programas que se emiten se relativizan de manera que "les gusten a todos" entonces todos terminamos consumiendo “lo mismo”. El problema tal vez no sea lo que nos dan sino nuestra falta de demanda por algo mejor.
Me veo en la posición de decir que sí consumo esta televisión y que lo hago también porque los programas vienen con lo que me gusta y lo que rechazo. Entonces, lastimosamente, me veo en la circunstancia de tener que estar concientizando sobre lo que puedo sacar provecho de una serie y lo que dejo a un lado. Mantengo una posición crítica ante los programas que consumo, lo cual no considero negativo, sino necesario para todos.

Por otro lado me gustaría resaltar el papel del comunicador social, aquel que nos brinda noticias. ¿Debo también ser crítica antes las noticias que considero como hechos reales? ¿Cómo influye la forma en que son dadas las noticias, si estas nunca son enteramente objetivas?
Las noticias son un caso difícil y extenso a tratar pero para dar una opinión concreta, me parece que el comunicador debe tratar de alejarse de la exageración, no debe apegarse a la idea de VENDER noticias sino solo de COMUNICARLAS lo más objetivamente posible. Si ellos (comunicadores sociales) son los únicos que nos proveen información y si estas son falsas o exageradas ¿estaría la población viviendo de mentiras? esto es lo que se debe de evitar. Queremos como ciudadanos de una república vivir en la verdad y demandamos gente que nos provea información correcta (no verosímil, sino comprobada), gente que sea de valores y virtudes, no falsa, irrespetuosa e informal. No quiero sonar exigente y cerrada pero la verdad la nueva costumbre de que los comunicadores sean gente linda, bien vestida y con buenas cirugías plásticas me pone un poco nerviosa.
Para ir concluyendo con este tema quiero decir que los comunicadores deben tener formación y conciencia de los efectos que producen en todo el público que recibe sus mensajes.

Me gustaría agregar que estoy abierta a comentarios y que como un profesor una vez dijo: "la unión de ideas diferente nos acerca a la verdad".

Gracias por visitar mi sitio.